La modernidad tiene muchas cosas que impresionan mis sentidos, pero ninguna que cautive mi corazón.
La democracia es una ficción que enmascara la dictadura económica.
La necesidad alzó los tronos; las ciencias, las letras y las artes los han consolidado.
No hay ya amistades sinceras, ni estimación real, ni confianza fundada. Las sospechas, los recelos, los temores, la frialdad, la reserva, el odio y la traición se ocultan siempre bajo el velo uniforme y pérfido de la cortesía, bajo esa urbanidad tan elogiada que debemos a la ilustración de nuestro siglo.
Jean Jacques Rousseau
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